Una de las consecuencias que la cuarentena podría conllevar a nivel físico, es el déficit de vitamina D. Disponer de unos niveles óptimos es fundamental para que el organismo pueda cumplir normalmente con sus funciones y hacerlo, además, de la forma correcta. Hoy te contamos cómo se obtiene esta vitamina, así como los síntomas que podrían hacer sospechar de su carencia.
Llevar a cabo una alimentación adecuada es imprescindible para gozar de un buen estado de salud. Y es que el organismo necesita unos niveles adecuados de ciertos nutrientes para poder funcionar correctamente. Los alimentos son su gasolina y de la calidad de los mismos dependerá la calidad de nuestra vida.
En el caso de la vitamina D ocurre algo un tanto particular. Y es que esta se sintetiza con la exposición solar en un 80%, siendo la proporción restante adquirida con la ingesta de ciertos alimentos. El déficit es bastante frecuente en la población, especialmente en lugares donde hay menor afluencia social. También es habitual en personas cuyo estilo de vida o situación laboral impide exponerse al sol con regularidad.
Cuarentena y déficit de vitamina D
Ya pasan los cincuenta días desde que se declaró en España el Estado de Alarma y muchas personas no han podido exponerse al sol, ya que no disponen de una terraza o balcón habilitado para ello. Por lo tanto, es posible que algunas puedan observar cómo se desajustan los niveles de vitamina D. En este caso, existe variedad de suplementos que podrían ser recomendables no sin antes, por supuesto, ser evaluados por un/a profesional de la salud. Sería adecuado, en la medida de lo posible, abrir las ventanas y permitir que los rayos de sol den directamente sobre la piel unos minutos. Por ello si puedes hacerlo, no lo dudes, más vale poco que nada.
¿Cuáles son los síntomas de la carencia de vitamina D?
Los síntomas que podrías experimentar si sufres déficit de vitamina D son diversos y en distintas intensidades. El cansancio, la debilidad, la depresión o la ansiedad, así como nerviosismo, apatía, insomnio o sensación frecuente de sueño son síntomas asociados a esta carencia vitamínica. La falta de energía o el malestar también se asocian con ella. A nivel físico puede aparecer debilidad o dolor muscular, calambres u hormigueos, dolor de huesos, migrañas o problemas circulatorios que podrían manifestarse por una sensación de frío en pies y manos entre otros.
¿Cómo puedo obtenerla?
Como ya hemos comentado, la principal fuente de vitamina D es el sol. Por ello, si tienes la posibilidad, exponte aunque sean unos minutos. Ahora se ha relajado el confinamiento y se nos permite hacer salidas puntuales dentro de un determinado horario, por lo que facilita dicha exposición. Asimismo, está presente en algunos alimentos como huevos, aguacate, cereales, lácteos, marisco o pescados grasos como el atún. También puedes encontrar alimentos enriquecidos.
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